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Gestión de emociones a través de los alimentos

¿Cómo gestionar las emociones con alimentos?

En nuestro día a día llegamos a sentir un sinfín de emociones que nos llevan a tomar decisiones o acciones que influyen en nuestras relaciones con nosotros mismos y con los demás, en pocas palabras repercuten en nuestras vidas. 

Lo cierto es que existe una gran variedad de emociones, a través de las cuales podemos llegar a comprendernos como también analizar y entender ciertas situaciones que vivimos. 

Nuestras emociones no sólo se manifiestan en acciones, sino que también pueden llegar a manifestarse en nuestro cuerpo lo cual muchas veces se traduce en enfermedades físicas y mentales.  

Dicho esto, hay distintas formas a través de las cuales podemos entender estas emociones y ayudar a nuestro cuerpo y mente a adaptarse mejor a ciertos momentos y así lograr una mejor gestión de emociones.

Uno de los recursos que nos puede ayudar en este proceso es la alimentación. En FoodxGood creemos en la relación directa que existe entre nuestro aparato digestivo y nuestro sistema nervioso. 

De esta forma proponemos ayudar a la gestión de emociones a través de los alimentos, esto no quiere decir que sólo con la alimentación podemos lograr un 100% de gestión, es necesario primero entender que el autoconocimiento es un proceso y que se deben incorporar otras prácticas y herramientas que apoyen al autocuidado. 

Al final, alimentarse no sólo se trata de ingerir alimentos, también alimentarse bien se trata de lo que haces, lo que escuchas, con lo que conectas, es decir, lo que consumes diariamente a través de todos tus sentidos. 

En este artículo te brindaremos algunas herramientas que te permitan conocer tus emociones y cómo puedes lograr una gestión de emociones a través de los alimentos. Pero antes debemos entender qué son las emociones y cómo se manifiestan en nuestro cuerpo.  

Emociones y sentimientos

Primero es importante saber que no existen emociones positivas o negativas, son sólo emociones que pueden causar sensaciones agradables o desagradables. Una vez que tengamos conciencia sobre esto, también estaremos más abiertos en entender cada una de ellas y por qué se manifiestan en determinados momentos. 

Según Charles Darwin las emociones son mecanismos que nos permiten sobrevivir. Lo cierto es que desde Darwin hasta autores más contemporáneos resaltan las emociones como mecanismos de adaptación y supervivencia. 

Es así que, por ejemplo, si mostramos miedo muchas veces quiere decir que posiblemente nos estemos enfrentando a una situación de riesgo.

Autores como Robert Plutchik o Paul Ekman, encuentran que cada emoción presenta una función adaptativa a a nuestro entorno.

Plutchik ha desarrollado una tabla en la cual presenta nueve emociones (lenguaje subjetivo) con sus respectivas funciones adaptivas (lenguaje funcional), a través de esta tabla podrías identificar el por qué de ciertas emociones que tenemos y cómo reaccionamos ante distintas situaciones.

Lenguaje SubjetivoLenguaje Funcional
MiedoProtección
IraDestrucción
AlegríaReproducción
TristezaReintegración
ConfianzaAfiliación
AscoRechazo
AnticipaciónExploración
SorpresaExploración
Tabla Robert Plutchik sobre funciones de las emociones

Sin embargo, hoy en día se considera que las emociones no sólo tienen la función adaptiva,  sino que presentan varias funciones como sociales y motivacionales las cuales tienen influencia con nosotros mismos y con nuestro entorno.

Por otro lado, existen otros autores que han identificado entre 200 y 300 emociones de las cuales en promedio sentimos 100 diariamente, pero ¿cuántas de estas emociones somos capaces de identificar?

Antes de intentar identificar y clasificar nuestro centenar de emociones, comencemos por algo más sencillo, las siete emociones básicas.

En la actualidad, todavía existe un debate sobre la identificación de emociones básicas de las cuales derivan las otras emociones o reacciones. Sin embargo, es importante mencionarlas y partir de ellas comenzar nuestro proceso de autocomprensión. 

Así, según Paul Ekman las emociones básicas son: la tristeza, la ira, la sorpresa, el miedo, el asco y la alegría.

De repente es más fácil poder identificarlas en nuestro día a día y además comenzar a analizar el por qué se manifiestan en ciertos momentos y con cierta intensidad.

Ahora que hemos identificado las emociones, debemos entender que muchas veces se convierten en sentimientos que llegan a repercutir en nuestro cuerpo y mente. Es decir, que el cuerpo puede llegar a expresar físicamente una emoción no procesada o no gestionada. 

Por lo cual, pueden provocar la aparición de síntomas o molestias físicas como el dolor de cabeza, tensión en los músculos, náuseas, problemas gastrointestinales, fatiga.  

Pero, ¿cómo una emoción se convierte en sentimiento? El sentimiento es el resultado de una emoción que nos permite tener conciencia sobre nuestro estado de ánimo. Los sentimientos nacen a partir de las emociones.

Si tiene un efecto positivo o agradable, en consecuencia desarrollamos un estado de ánimo positivo y por ende nuestro cuerpo responde de la misma manera. Por el contrario, si experimentamos una emoción desagradable de forma persistente, ésta nos llevará a sentirnos de manera negativa lo cual puede derivar al surgimiento de trastornos como la ansiedad y depresión. 

Un sentimiento es la suma de una emoción más pensamientos. Reflexionamos sobre nuestras emociones, las hacemos conscientes y emitimos un juicio sobre ellas.

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FoodxGood – Gestión de emociones a través de los alimentos

De esta manera, la próxima vez que sintamos alguna emoción como el enojo, haremos una pausa y analizaremos cuál es la situación en la que te encuentras o qué fue lo que detonó esa emoción. 

Sabemos que es difícil hacer pausas y estar analizando nuestro comportamiento constantemente, y es por eso que existen distintas herramientas que nos pueden ayudar a analizar más fácilmente lo que sucede y alcanzar una mejor gestión de emociones.

Cinco formas para la gestión de emociones en nuestro día a día:  

  • Escribir un journal emocional: Un diario de emociones nos ayuda a registrar todos los pensamientos (positivos o negativos) que llegamos a tener en un día. Te recomendamos identificar las situaciones que generaron ciertas emociones y reacciones, reconocer el por qué, ponerle nombre a lo que sientes y cómo cada emoción ha afectado en tu comportamiento. Al final de la semana o el mes, puedes realizar una evaluación y ser más consciente sobre lo que sientes. Esto te ayudará a mejorar la gestión de emociones y a aceptarlas y entenderlas de mejor manera.
  • Realizar ejercicios de respiración: La respiración tiene una relación directa con nuestro sistema nervioso. Generalmente cuando nos enfrentamos a una situación de ansiedad o estrés, nuestra respiración se vuelve más rápida y superficial, por lo cual no llega mucho oxígeno a nuestro cuerpo y cerebro. Cuando paramos y comenzamos a ser conscientes sobre nuestra respiración y comenzamos a inhalar y exhalar lento y profundo, aumenta la oxigenación en nuestro cerebro generando una sensación de calma.
  • Comer conscientemente de forma sana y adecuada a nuestro cuerpo y mente: El mindful eating es una forma de ser y estar plenamente durante la ingesta de alimentos de manera que podamos entender las funciones nutricionales y las sensaciones fisiológicas a través de cada bocado. Algo que ayuda mucho en la gestión de emociones durante la ingesta de alimentos es recibirlos con total apertura y con actitud curiosa, dejar de lado los juicios y pensamientos negativos para nutrir también nuestra mente. Asimismo, es importante nutrirse adecuadamente, por lo que recomendamos consultar con un médico para tener una dieta balanceada y acorde a lo que necesitas.
  • Tener un espacio de reflexión al final del día (comencemos con 5 minutos): Hacer una pausa al final del día para reflexionar sobre lo bueno y lo malo y lo que aprendimos de ambos es un paso, aunque parezca pequeño, muy importante hacia una mejor gestión de emociones. Este espacio de autoreflexión te ayudará a ser más consciente sobre ti y, por ende estar más presente en tu día a día.
  • Tener un espacio de reflexión antes de iniciar tu día (comencemos con 5 minutos): Iniciar el día no pensando en las tareas que debes realizar, sino en lo que quisieras ser hoy. Ayuda mucho comenzar por agradecer tres simples cosas y también pensar en qué quisieras mejorar. Por ejemplo, agradezco los alimentos que recibiré en el desayuno. Quisiera mejorar leyendo más para ampliar mi vocabulario. Esta práctica te ayudará a ser más consciente sobre lo que te rodea y a tener una perspectiva de tu día diferente. Enfrentarás tu día más positivamente, lo cual repercutirá en tu estado de ánimo y será una paso más hacia una mejor gestión de emociones.

¿Cómo se relacionan los alimentos con nuestras emociones?

Mucho se habla de la alimentación emocional, pero el objetivo del artículo no es hablar sobre esto. Creemos que existe una relación estrecha entre lo que comemos y lo que sentimos (y viceversa) 

Es por eso que una de las herramientas o prácticas que nos pueden ayudar a la gestión de emociones son los alimentos, no sólo la ingesta de ellos, sino también la consciencia sobre qué es el alimento y cómo repercute en nuestros cuerpos.

Los alimentos son sustancias que nos proporcionan energía, nos nutren y ayudan a mantener nuestros órganos vitales en funcionamiento. 

Ahora bien, existen muchos alimentos que, aparte de nutrirnos, pueden ayudarnos a sobrellevar mejor los momentos de tensión, estrés, fatiga o incluso a darnos un boost de energía, alegría, motivación. 

De esta manera el alimento se puede convertir en una herramienta a nuestro favor para la gestión de emociones y enfrentar nuestro día a día con mejor actitud buscando el equilibro entre cuerpo, mente y alma. 

FoodxGood – Gestión de emociones a través de los alimentos

¿Cómo sucede esto? ¿Es inmediato? ¿Cuál es el alimento de la felicidad? Primero se debe entender que este proceso no es mágico y no existe un alimento que nos entregue la felicidad en bandeja de plata LITERALMENTE. 

Cuando hablamos de la gestión de emociones a través de los alimentos, hacemos referencia a, sobre todo, añadir a la dieta diaria ciertos alimentos que mantienen un aparato digestivo saludable, es decir una microbiota rica en bacterias encargadas de regular nuestro estado de ánimo entre otras cosas. 

Alimentos como los probióticos y prebióticos, omega 3, frutos rojos, cacao presentan componentes como los polifenoles y fibra que son alimento para nuestra microbiota intestinal y nos ayudan a sentirnos mejor con nosotros mismos.

¿Cómo mantener tu aparato digestivo saludable? Aquí te dejamos 5 recetas fáciles de smoothies para tu microbiota intestinal

John F. Cryan en su libro “La Revolución Psicobiótica. La nueva ciencia de la conexión entre el intestino y el cerebro” nos explica la estrecha relación entre el cerebro y el aparato digestivo, y cómo los alimento pueden influir en nuestra salud mental.  

En conclusión, es crucial consumir alimentos variados y adecuados para nosotros, pero también alimentarnos de buenas prácticas para crecer internamente nos ayudará a mejorar la gestión de emociones y a enfrentar situaciones difíciles desde la compasión, autocomprensión y autocuidado.

FoodxGood – Gestión de emociones a través de los alimentos

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